Nuestro lema 2025

Introducción:

Cada Congreso de AEDROS tiene un lema que sintetiza el espíritu del encuentro y orienta las conversaciones, los aprendizajes y la inspiración que nos llevamos.
En esta edición (2025), elegimos “Encender la chispa” porque creemos que, incluso en contextos adversos, cada fundraiser guarda dentro de sí la fuerza capaz de transformar realidades. Esa chispa —hecha de compromiso, creatividad y convicción— es la que enciende redes, moviliza voluntades y multiplica el impacto de nuestras organizaciones.
Este es el punto de partida que nos convoca: mirar el presente con realismo, pero también con esperanza. Reconocer las dificultades, pero animarnos a transformarlas. Y hacerlo juntos, como comunidad de fundraisers de toda América Latina.

«Encender la chispa”

En un mundo donde las dinámicas globales se vuelven cada vez más inciertas —retiro de la cooperación internacional, polarización, crisis sostenidas—, las organizaciones sociales de América Latina enfrentan el desafío de sostener su impacto con recursos locales, alianzas cercanas y vínculos de confianza.

El Congreso AEDROS 2025 invita a repensar el fundraising como una herramienta de transformación arraigada en lo local, pero con visión global. Porque recaudar no es solo conseguir fondos: es tejer redes, construir comunidad, activar compromisos y proyectar futuro. Y porque en cada comunidad, en cada causa, late el potencial de cambiar el mundo.

El contexto puede ser adverso. A veces llueve. A veces el viento sopla en contra. No todo depende de nosotros. Las condiciones externas pueden desafiar nuestras estrategias, frenar nuestros planes o ponernos a prueba una y otra vez.

Y sin embargo, hay algo que sí depende de nosotros.
Una chispa.
Una fuerza interior que no se apaga con la tormenta.

Esa chispa es la convicción de quienes hacen fundraising: una certeza ética, profundamente humana, de que movilizar recursos es una forma de cuidar, de actuar, de transformar realidades. No solo se trata de pedir fondos. Se trata de construir comunidad, de despertar la empatía, de sostener causas que importan.

Los grandes cambios no comienzan en los presupuestos ni en los informes. Comienzan en las personas que deciden asumir una responsabilidad incluso frente a lo incierto. Fundraisers que —aunque no puedan controlar el clima— se preparan cada día como si pudieran hacerlo brillar. Que entienden que cada acción, cada palabra, cada vínculo, puede hacer la diferencia.

Porque cuando una convicción profunda se activa, moviliza.
Y cuando muchos se encienden con esa misma chispa, el mundo cambia.